miércoles, 18 de abril de 2012


Mariposa, símbolo de la psicología

Antiguamente para los griegos era el estudio nada más y nada menos que del alma. La palabra psicología proviene en su origen del griego Psique que significa en su origen "mariposa". La letra griega Ψ Psi, es de hecho una mariposa estilizada, no es el tridente del diablo ni de Zeus como muchos podrán pensar. Posteriormente la palabra Psique llegó a significar "soplo", "aliento", ánimo" (alma). Para los griegos era el principio de vida.
En la Obra de Apuleyo, El asno de Oro, se narra la historia de Eros & Psique.
Este mito representa la unión entre lo espiritual y lo físico para llegar a la elevación del alma, a ser seres completos. Psique, una joven mortal que se enamora del Dios Eros, pasa por duras pruebas infringidas por su suegra Afrodita, con un paralelismo con un proceso iniciático Psique tiene que pasar por una  transformación de mortal a Diosa, a medida que comete los errores que provocan la ira de Eros y la persecución de Afrodita, ella lucha por enmendar sus errores y recuperar el amor de su Amado Eros, lo logra y celebra su boda en el cielo con los Dioses del Olimpo pasando a convertirse en Diosa. Ese proceso de transformación tiene mucho sentido si comparamos con el proceso de la mariposa, símbolo por excelencia de la transmutación.
A Psique se la representaba con alas de mariposa.
No es casualidad que el animal totémico de la Psicología sea uno de seres simbólicamente más ricos para describir el proceso de transformación de las personas.

Este blog está dedicado a la Mariposa Monarca porque es una mariposa diferente a las demás y lo largo de este blog se darán cuenta porque es especial.
Las mariposas son por excelencia signo de transmutación. Los griegos creían que cuando moría una persona y exhalaba su último aliento, el alma abandona el cuerpo volando en forma de mariposa.
Los animales tienen mucho que enseñarnos, en este caso, la mariposa como símbolo de la capacidad del alma de transformase, de ser una simple oruga que se arrastra por la tierra, un día como escuchando un llamado se envuelve en su capullo, aislándose del mundo entero y a su debido tiempo, renace, ya no como gusanito, sino como una espléndida mariposa que se eleva a las alturas.